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La Cultura Tumaco-Tolita

El Departamento de Nariño es un territorio rico en todo el sentido de su palabra: Tierra de diversas culturas a lo largo del tiempo, es a su vez un lugar donde se entrecruzan las cálidas aguas del mar, con el misterioso encanto del manglar, el suspiro de la montaña, y el canto de la selva. Allí, entre playas y manglares, podemos encontrar los vestigios de lo que alguna vez fue hogar de habilidosos comerciantes y agricultores, poseedores de un profundo conocimiento en áreas como la alfarería o la cerámica además de las otras áreas ya mencionadas. La cultura de la cual hacemos mención no es nada más y nada menos que la cultura Tumaco-La Tolita, merece una especial atención y un mayor reconocimiento por parte del pueblo colombiano.

Ubicación geo-temporal

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La cultura Tumaco se desarrolló en la franja costera del Pacífico colombo-ecuatoriano, ocupando un extenso territorio que se extendía desde el río Esmeraldas, en Ecuador, hasta la bahía de Tumaco, en Colombia. Esta región, caracterizada por sus manglares, costas y zonas cenagosas, ofrecía un entorno rico en recursos naturales pero también demandante en términos de adaptación humana.

Los Tumaco fueron grandes conocedores del terreno que habitaban. Su comprensión del medio ambiente les permitió establecer centros político-económicos estratégicos en lugares como La Tolita, Mataje, Monte Alto, Tumaco y La Cocotera. Su existencia se prolongó aproximadamente entre el 600 a.C. y el 600 d.C., y durante ese tiempo desarrollaron una cultura profundamente vinculada al entorno natural.

Las condiciones climáticas de la región, marcadas por una alta pluviosidad y temperaturas cálidas, influyeron directamente en su arquitectura.

Religión

Iconografía religiosa TumacoLa cultura Tumaco practicaba una religión politeísta, es decir, creían en varios dioses o espíritus. Esta religión estaba muy relacionada con la naturaleza y los fenómenos que los rodeaban. Por eso, algunos animales como el jaguar, la serpiente y el cocodrilo tenían un significado especial. Por ejemplo, al cocodrilo se le asociaba con el paso de la vida a la muerte, ya que vive tanto en el agua como en la tierra.

También usaban montículos de tierra llamados tolas, que tenían una función importante en su vida religiosa. Sobre estas tolas construían sus casas, y las más altas eran reservadas para los caciques (jefes). Cuando un cacique moría, era enterrado allí junto con sus objetos personales, piezas de cerámica y joyas de oro, para que no le faltara nada en el otro mundo.

En lugares como la isla de La Tolita, en Ecuador, se han encontrado muchas tumbas, lo que hace pensar que funcionó como un cementerio o necrópolis. Todo esto muestra que la religión era muy importante para los Tumaco y estaba presente en muchos aspectos de su vida diaria.

Comercio, agricultura y alimentación

Ilustración de la vida agrícola Tumaco

Los Tumaco fueron una sociedad que se destacó por su actividad comercial y agrícola. Eran buenos navegantes, lo que les permitía viajar por mar a lugares lejanos para intercambiar productos con otros pueblos. Según algunas hipótesis, incluso llegaron a tener contacto con regiones del actual Perú y de Mesoamérica. Se cree que usaban conchas marinas como forma de intercambio, algo parecido al dinero. Las figuras que fabricaban, especialmente en cerámica, eran muy valoradas por otras culturas, y se han encontrado en lugares lejanos. Además, usaban moldes para hacer muchas figuras iguales, lo que sugiere una producción en serie con fines comerciales.

En cuanto a la agricultura, los Tumaco sabían aprovechar muy bien su entorno. Conocían el comportamiento de las mareas, lo que les permitía sembrar en los momentos y lugares adecuados. Generalmente cultivaban en zonas cercanas a los ríos, donde la tierra era más fértil y no se inundaba fácilmente. Sus cultivos principales eran el fríjol, el maíz y la calabaza. Su alimentación se completaba con la pesca y la caza de aves, lo que les proporcionaba proteínas. Así, su dieta era variada y equilibrada, combinando productos de la tierra y del mar.

Cerámica y construcciones en la cultura Tumaco

Los Tumaco se adaptaron muy bien al entorno en el que vivían, especialmente a las zonas de manglar. En esos lugares construían casas sobre palafitos, que son estructuras hechas con pilotes de madera clavados en el suelo bajo el agua. Esto evitaba que sus viviendas se inundaran durante las temporadas de lluvias y crecidas. En otras zonas, cuando construían sobre tierra firme, lo hacían sobre montículos artificiales llamados tolas. Estas elevaciones también les ayudaban a proteger sus casas de la humedad y las distinguían socialmente, ya que los caciques vivían sobre las tolas más altas.

Aunque los materiales de construcción originales no se conservan porque eran perecederos, los investigadores creen que usaban fibras vegetales como la guadua para la estructura, barro como recubrimiento y hojas de palma para el techo. Estos materiales naturales eran comunes en la región y adecuados para el clima cálido y húmedo.

En cuanto a la cerámica, los Tumaco-Tolita desarrollaron un arte muy detallado. Sus esculturas permiten ver rasgos físicos muy precisos, como enfermedades, etapas de la vida, y deformaciones corporales como el elefantismo, la parálisis facial o la deformación craneal. También representaban animales, figuras humanas, seres mitológicos, figuras sexuales, falos y herramientas en forma de pez, como rayadores y desescamadores.

La arcilla de la región les ofrecía una gran variedad de colores naturales: rojo, ocre, amarillo, verde y negro. Aunque muchas de sus piezas han perdido el color con el paso del tiempo, todavía se conservan ejemplos donde es posible ver que las esculturas estaban pintadas originalmente. Esto demuestra el nivel artístico y técnico que alcanzó esta cultura en la elaboración de cerámica.